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Amor líquido y monogamia

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Amor líquido y monogamia

El concepto de amor líquido fue introducido por Zygmunt Bauman en su libro homónimo en 2003, en referencia al amor en un mundo globalizado. El término líquido se contrapone a sólido en el sentido de que tradicionalmente era entendido el amor como algo que se construía e iba adquiriendo consistencia, solidez, con el paso del tiempo. La liquidez amorosa actual implicaría al afecto como un producto manufacturado para su uso sin pérdida de tiempo. La dedicación que implica profundizar en una relación y su cristalización conlleva inevitablemente una palabra que suena con estridencia en el entorno actual: renuncia.

La monogamia estructural y social es un valor que se está empezando a cuestionar. El disolvente de este tótem antropológico está siendo el surgimiento de una nueva religión. La del mercado global y de la inmediatez del refuerzo como derechos que poseemos como consumidores.

 ¿La monogamia sucesiva es cultural o es la tendencia natural y biológica del ser humano?

Por monogamia sucesiva nos referimos a que antes de empezar una nueva relación hemos de dar por terminada la anterior sin simultanear relaciones. Estamos hablando realmente de monogamia, es decir, de relaciones uno a uno en exclusividad emocional y sexual. Lo dice la tradición: “No es bueno que el hombre esté solo” y así es tradicionalmente bastante común buscar una pareja inmediatamente después de que ha terminado la anterior. Esto es porque hay una necesidad que se ha dejado de satisfacer al volver a la soltería, un hueco que hay que llenar. Un clavo saca otro clavo es algo de naturaleza más cultural que natural. De forma natural, cuando ha habido un vínculo significativo se necesita un tiempo para volver a una situación personal en la que se pueda volver a producir un encuentro significativo con otra persona.

¿El amor líquido es una cuestión cultural o biológica? 

El amor líquido es fruto del desarrollo de la sociedad de la inmediatez en un entorno mercantilista y capitalista. Tiene antecedentes bastante importantes. En la educación diferencial se muestra una tendencia a educar al varón como ser independiente que debe demostrar su virilidad seduciendo a muchas mujeres pero sin comprometerse con ninguna. Por otro lado a la mujer se la educó en esa sociedad para “ser de un solo hombre una vez que ha establecido con él una relación de cierto calado” so pena de ser etiquetada. Con el desarrollo sociodemográfico y la progresiva independencia de la mujer, nos encontramos con que hoy en día también la mujer aspira a ese amor líquido. Aspira naturalmente a no tener que depender del varón ni económica, ni social ni siquiera reproductivamente. Biológicamente la pareja no tendría que ser para toda la vida, pero es mucho más adaptativo al entorno cuando existe una relación de pareja. Es más útil mantenerla e invertir en ella que dilapidar energía buscando posibles alternativas para ver si cumplen mejor el criterio de lo que buscamos.

¿La monogamia es simplemente una serie de ideas sobre cómo relacionarnos a nivel afectivo y sexual o tiene un componente biológico?

La monogamia esr un fenómeno racional y social al ser la pareja una unidad social muy importante para la sociedad. Además de lo anterior, tiene un componente afectivo y conductual. Biológicamente es adaptativa en cuanto libera de la necesidad de buscar pareja afectiva y sexual con el ahorro vital que ello supone. Culturalmente, y dado el componente platónico que nos ha llegado por medio de la religión, una pareja completa al individuo. Así se crea una unidad más amplia que cristaliza en la creación de nueva vida, una vida imperfecta que se completará al encontrar pareja, y así sucesivamente.

¿La monogamia sucesiva es la solución a no encontrar un vínculo sentimental exclusivo pero tampoco un vínculo sentimental múltiple? 

La monogamia sucesiva rara vez es buscada de forma consciente y, por tanto, no soluciona ningún problema. El miedo a invertir en el desarrollo de los vínculos, el miedo a conformarse con algo menor de lo que se desea o se merece, el dicho de Groucho Marx “Nunca pertenecería a un club que admitiera como socio a alguien como yo” hace que las relaciones no arraiguen y al mínimo contratiempo o aburrimiento, se sustituyan por otras potencialmente más gratificantes, porque hay un mercado ahí fuera: busque, compare y si encuentra algo mejor, cómprelo. Es muy probable que exista un vínculo sentimental múltiple con relaciones tan superficiales. Se puede seguir mirando al mercado e interactuando con él, para ver su fluctuación y cómo podemos posicionarnos ante sus cambios. Somos brokers del amor.

¿El amor líquido y por tanto la monogamia sucesiva son el resultado de una sociedad de consumo?

La sociedad de consumo nos convierte en consumidores a muchos niveles, y no podía ser una excepción el amor. El matiz es que en el amor somos a la vez producto y consumidor, estamos en el escaparate a ambos lados del cristal. Para establecer y mantener esa relación debemos hacer una inversión. Como buenos consumidores, miramos bien el precio y regateamos, queremos algo en concreto, no el pack completo. Por eso invertimos lo justo para obtener lo que necesitamos, no nos vinculamos más. No pagamos más que lo estrictamente necesario.

¿La monogamia promueve la exclusividad sexual, ¿es esta una problemática para el ser humano?

La monogamia no supondría un problema tan grande si no se bombardeara continuamente con lo prohibido de la infidelidad y con la visión del amor/deseo como algo que se encuentra y no como algo que se construye desde la voluntad y la complicidad. Si la relación se trabaja a diario y se invierte en ella, no hay lugar para que haya problemas con la monogamia. Pero cuando se da por sentada, se estabiliza y se vuelve una relación seria y predecible. Es un acto de fortaleza no dejarse influenciar por las personas ajenas a ella. La exclusividad sexual se basa en la entrega y la confianza, y estas dos cualidades son bastante incompatibles con un mercado tan volátil como el actual. En este mercado la obsolescencia programada ha llegado a las relaciones humanas.