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Consulta

Hay veces en las que simplemente necesitamos saber si algo que nos está pasando entra dentro de la normalidad. Sabemos que algo nos está llamando la atención, que podemos seguir con nuestra vida, aunque eso sigue estando ahí, latente. No sabemos si debería o no estar o no sabemos cómo integrarlo en nuestra realidad, en nuestra vida.

La consulta psicológica consiste en compartir con un profesional una situación vital que nos inquieta para poder recibir un asesoramiento profesional sobre ese tema para encuadrarlo en nuestro día a día.

No necesariamente una consulta psicológica deriva en terapia, puede ofrecerse terapia, crecimiento personal y bibliografía para ayudar a solucionar el problema, pero cuando es algo que simplemente hace que salten las alarmas por algo interno que nos resuena del pasado, la simple toma de conciencia de qué papel juega en nuestra realidad actual puede hacer que todo vuelva a su sitio.

Evaluación

Si queremos solucionar un problema debemos empezar por una definición precisa del mismo. ¿Qué, cuándo, dónde, con quién…? Una recopilación exhaustiva de los datos a nivel cognitivo, motor y fisiológico pondrá en evidencia qué pasa, porqué pasa y qué está manteniendo que siga pasando. Una vez tenemos estos datos podremos empezar a ver cómo podemos manipular las variables, lo que está afectando al problema, para que deje de tener la relevancia que tiene o incluso para que desaparezca.

La evaluación se realiza recopilando información mediante entrevistas y a veces con la aplicación de pruebas psicométricas como cuestionarios o test, que ofrecen un resultado estandarizado y objetivo sobre el estado mental de las personas en relación con variables psicológicas.

La experiencia y la habilidad a la hora de dirigir la entrevista, que suele ser semiestructurada, orientará hacia una evaluación más a fondo en los aspectos que tienen que ver indirectamente con el problema; y cuando se quiere justificar objetivamente el uso de una u otra orientación terapéutica deberían utilizarse las pruebas psicométricas estandarizadas.

Valoración y orientación

Aunque inicialmente es aplicada a personas menores de edad o a discapacitados (con el objeto de saber cuáles son sus capacidades para poder orientarles a que puedan desarrollar plenamente su potencial), la valoración y la orientación tienen mucho sentido en la época actual con población adulta normalizada, y no ya solo a nivel psicopedagógico.

Si conocemos cuáles son nuestros puntos fuertes y en qué ámbitos podemos sobresalir, las habilidades que están innatamente en nuestra persona al margen de lo que se supone que debíamos desarrollar, nos será más fácil orientarnos hacia los objetivos que nos proporcionen más bienestar y en los que nos sintamos más competentes, tanto a nivel laboral como en el social o académico.

Saber quiénes somos es un primer paso para saber qué queremos y para empezar a mirar hacia fuera buscando quién o qué necesitamos para conseguirlo. Planteado en estos términos de medios-fines, es mucho más sencillo ver la totalidad del bosque partiendo de cada árbol por separado.

Psicoterapia

“Cuando se nos fue de las manos, cuando los parches hacen aguas, cuando la solución se convirtió en parte del problema; es entonces cuando necesitamos ayuda específica para poder superarlo.”

Cuando tenemos un sentimiento abrumador de tristeza y angustia que se prolonga demasiado en el tiempo; cuando parece que, por mucho que nos esforcemos, no podemos solucionar nuestros problemas ni por nuestros medios ni con la ayuda de los que tenemos cerca; cuando tenemos problemas para mantener la concentración y nos dispersamos en nuestro día a día dando vueltas como un pollo sin cabeza; cuando vivimos angustiados pensando en lo peor que podría pasar siempre y nos sentimos tensos e irascibles; cuando te das cuenta de que se te ha ido la mano consumiendo alcohol o drogas o haciendo conductas de riesgo que ponen en peligro tu seguridad o la de otras personas…

.. es momento de pensar en buscar un terapeuta que te ayude.

La psicoterapia se basa sobre todo en el ambiente creado en las sesiones y en la relación terapéutica. Esta relación se va construyendo sesión a sesión, pero es importante que haya un enganche mínimo desde el principio.

No se debe tener reparo en despejar todas las dudas que se pueda tener sobre el terapeuta, como cuál es su formación, la experiencia, capacitación y conocimientos clínicos, porque si no estamos seguros de estar en buenas manos, no colaboraremos del mismo modo.

Nótese que en psicoterapia se habla de cliente y no de paciente porque no recibe pasivamente un tratamiento para su recuperación como en el caso de muchos tratamientos médicos, sino que trabaja activamente y en colaboración, desde su estatus de experto en sí mismo, con otro experto en estrategias y herramientas específicas para conseguir los objetivos, que deben ser consensuados.