Falta de deseo
Es un problema muy común, tanto en hombres como en mujeres. Puede ser primaria cuando siempre se ha tenido poco deseo, o secundaria, cuando se ha tenido un nivel de deseo que ha desaparecido paulatina o bruscamente (en relación con algún problema vital, de pareja o sexual).
Por otro lado, la falta de deseo puede ser absoluta, a todo lo relacionado con el sexo incluyendo además de la genitalidad en pareja, la intimidad y la masturbación; o bien selectiva, cuando sólo hay falta de deseo con alguna práctica sexual o con alguna persona (a la pareja, o al coito son las más comunes, estando el deseo perfectamente nivelado hacia otras personas o prácticas).
«Cuando comenzamos a vivir juntos esperaba que el sexo iba a seguir siendo tan maravilloso como antes, pero la convivencia día a día hizo que me fuera enfriando. Dormir cada noche a su lado era algo maravilloso y tranquilizador, tanto que sólo cuando me dijo que llevábamos varias semanas sin hacerlo me di cuenta de que teníamos un problema.»
«Cada vez que veía que ella tenía ganas de estar conmigo me entraba miedo de que volviera a pasar lo mismo (disfunción eréctil) y la evitaba. Llegó un momento en el que el mero contacto de sus labios con los míos me ponía nervioso.»