Post del blog de Raúl Padilla

La anorexia y la bulimia son trastornos alimentarios se asocian con complejas dinámicas emocionales y psicológicas. Estos trastornos, caracterizados por patrones de alimentación extremos y una preocupación obsesiva por el peso corporal, a menudo están vinculados a nociones distorsionadas sobre la belleza y el propio estado corporal, estructural y sensualmente.

Al sumergirnos en la conexión entre estos trastornos y el deseo sexual, nos encontramos con un terreno delicado pero crucial para comprender la complejidad de la experiencia humana. En este artículo, exploraremos la compleja relación entre anorexia, bulimia y el deseo sexual, haciendo hincapié en aquellos aspectos que diferencian y unen a ambas sintomatologías a la hora de la experimentación del hecho sexual. La aproximación al deseo es mediatizada por su sintomatología.

La anorexia o la negación del deseo corporal.

La anorexia nerviosa es un trastorno caracterizado por la restricción extrema de la ingesta de alimentos, que lleva a una pérdida significativa de peso. Esta pérdida importante, que puede llevar a la muerte, no es significativa ni alerta a quien la sufre, ya que existe una distorsión en la percepción de su propio cuerpo. Este trastorno a menudo se origina en la búsqueda de un ideal de belleza basado en una delgadez inalcanzable a través del control.

El deseo, en este contexto, se ve distorsionado y encapsulado en la imagen corporal, creando un ciclo destructivo de negación y autodestrucción. La anorexia nerviosa puede afectar profundamente la esfera del deseo sexual. La obsesión por la delgadez y la pérdida de peso puede llevar a una desconexión con el propio cuerpo, afectando la misma percepción de la sexualidad tanto propia como ajena.

Anorexia en las personas

Las personas que sufren de anorexia tienden a vincular su valía personal con la capacidad de controlar su cuerpo y su apetito. En este proceso, el deseo se desplaza de una conexión saludable con el propio cuerpo hacia la búsqueda obsesiva de la perfección, un deseo que se alimenta de la auto negación y la autoafirmación negativa.

En muchos casos, la anorexia se convierte en un mecanismo de control para aquellos que buscan manejar la ansiedad, el estrés y las complejidades emocionales. Sin embargo, este control ejercido sobre el cuerpo. al extenderse a la esfera sexual, lleva a una disminución del deseo sexual y, en última instancia, a la alienación de la propia sexualidad.

Bulimia: El Deseo Consumido por la Culpa

La bulimia nerviosa, que se manifiesta en patrones de ingesta de alimentos extremadamente grandes seguidos de métodos compensatorios, como el vómito o el uso excesivo de laxantes, también puede tener implicaciones en el deseo sexual. La relación con la comida y la imagen corporal se vuelve compleja, generando emociones intensas de culpa y vergüenza que se extienden a otras áreas de la vida, incluida la sexualidad.

El deseo de placer y satisfacción 

El deseo inicial de placer y satisfacción que se produce en la bulimia a través de la comida se ve oscurecido por la culpa y la vergüenza. De este modo se inicia un ciclo doloroso de indulgencia seguido de autoreproche, creándose así una espiral de conductas autodestructivas.

La interacción entre la bulimia y el deseo sexual a menudo involucra una lucha interna entre la pulsión erótica visceral y las emociones negativas subsiguientes. En estas relaciones aprendidas se asocian los patrones de alimentación perjudiciales en forma de atracones con la culpa por las consecuencias de ese acto compulsivo de comer. Esta culpa es ‘expiada’ invariable e inmediatamente con métodos compensatorios como el vómito o la purga.

La ansiedad y la baja autoestima, que son comunes en estos trastornos, pueden también afectar la intimidad y la conexión emocional en las relaciones sexuales con las otras personas limitando la calidad y cantidad de la conexión.

Trastornos de la alimentación, sexualidad y salud mental

Es fundamental comprender que los trastornos alimentarios no solo afectan el cuerpo físico, sino que también tienen un impacto significativo en la salud mental y emocional. En consecuencia, el tratamiento de la anorexia y la bulimia debe abordar no solo los síntomas físicos, sino también las ramificaciones emocionales y psicológicas, incluido el deseo sexual. La terapia cognitivo-conductual, la terapia de pareja y la atención multidisciplinaria son esenciales para abordar estos desafíos de manera integral.

Además, se debe fomentar una mayor conciencia y comprensión en la sociedad sobre la complejidad de estos trastornos y su impacto en la sexualidad. Redefinir los estándares de belleza y fomentar la aceptación del cuerpo en todas sus formas puede contribuir a crear un entorno más compasivo y solidario para aquellos que luchan contra estos trastornos.

La relación entre anorexia, bulimia y deseo sexual destaca la necesidad de abordar estos trastornos desde una perspectiva holística y comprensiva que abarque el bienestar bio, psico, social de la persona y la potencialidad de sus dimensiones, incluida la sexual. La empatía, la comprensión y la atención sensible son esenciales para ayudar a aquellos que enfrentan este complejo entramado de desafíos emocionales y físicos.

Raúl Padilla aporta una visión profesional y equilibrada sobre la intuición, destacando su utilidad y sus limitaciones. Su enfoque integrador, que combina intuición y razonamiento, resulta especialmente valioso en su trabajo como psicólogo, sexólogo y terapeuta de pareja. Este equilibrio es esencial para ayudar a las personas a navegar por las complejidades de las relaciones humanas y la toma de decisiones en la vida moderna.

La intuición y el instinto son temas centrales en la comprensión de cómo tomamos decisiones. Estas capacidades, aunque valiosas, deben manejarse con cautela, especialmente en contextos complejos como las relaciones humanas y la sociedad moderna.  El papel que juegan la intuición y el razonamiento en la toma de decisiones, resaltando la necesidad de equilibrio entre ambos.

Raúl Padilla explica que el instinto está ligado a motivaciones primitivas que nos impulsan a actuar de forma inconsciente. La intuición, por su parte, es un saber inherente que permite asignar valor a situaciones u objetos sin un análisis lógico previo. Esto hace que entre en juego la parte no racional de las personas, que puede ser tan útil como traicionera. Según Raúl Padilla, el desarrollo de la intuición está íntimamente relacionado con las experiencias vividas; estas moldean los procesos mentales y pueden incluso transformar nuestras respuestas instintivas originales, haciéndolas parecer innatas.

Los Psicólogos señalan que la personalidad influye en cuán intuitiva o analítica es una persona. Aquellos con una mentalidad más rígida y racional tienden a confiar menos en su intuición, priorizando el análisis lógico. Por otro lado, las personas emocionales suelen otorgarle mayor validez a esta capacidad no racional. Sin embargo, Raúl advierte que las decisiones impulsivas basadas únicamente en la intuición pueden llevar a errores, especialmente cuando no se considera información objetiva o señales que contradicen los impulsos iniciales.

Un aspecto clave que Raúl Padilla destaca es cómo las experiencias y la repetición automatizan ciertos procesos mentales, facilitando la toma de decisiones en situaciones familiares. Este aprendizaje puede modificar instintos iniciales, permitiendo guiarse más por lo aprendido que por las respuestas primitivas. No obstante, recalca que la complejidad de la sociedad actual hace necesario un enfoque más reflexivo, ya que los peligros y las oportunidades ya no son tan evidentes como en contextos naturales primitivos.

Raúl también profundiza en los riesgos de confiar ciegamente en la intuición. Miedos, prejuicios y ansiedad pueden contaminar esta capacidad, haciéndola menos fiable. Por ejemplo, lo que algunas personas perciben como una corazonada puede ser, en realidad, un reflejo de ansiedad anticipatoria. En este sentido, recomienda integrar la intuición con el razonamiento lógico para tomar decisiones conscientes y equilibradas, especialmente en áreas delicadas como la terapia de pareja y la sexualidad.

Los psicólogos insisten en que, aunque la intuición puede ser una herramienta poderosa, no debe ser utilizada de forma aislada. En el contexto de relaciones y terapias, donde la comunicación y la comprensión son fundamentales, una combinación de intuición y análisis racional puede prevenir conflictos y mejorar la calidad de las decisiones. Además, subraya que aprender a diferenciar entre intuición real y sesgos emocionales es clave para evitar decisiones impulsivas que puedan tener consecuencias negativas.

Autor: Alicia Cruz Acal

Puedes leer el articulo completo en: Intuición, ¿hasta qué punto confiar en ella?

El apego y su relación con el amor.

Cuando hablamos de tipos de apego, ¿a qué nos referimos?

Los tipos de apego son los distintos modos en los que nos acercamos afectivamente a las personas significativas de nuestra vida según nuestra experiencia temprana con nuestras figuras cuidadora de referencia. Exploraremos el apego y su relación con el amor.

¿Cuál es el origen del apego?

La palabra Apego proviene de dos raíces latinas; Ad (hacia) picare (unir o pegar). Es decir, el apego sería la forma en la que nos dirigimos hacia la unión; cómo creamos un vínculo afectivo. El apego fue investigado por Bowlby en relación con cómo los niños pequeños buscaban amparo y protección en sus adultos de referencia en situaciones críticas. Descubrió que la variable principal que incidía en el apego, en la vinculación emocional de los niños, era la forma en la que la persona cuidadora de referencia respondía a su demanda afectiva. Estas interaccione repetidas o experiencias tempranas de apego hacen que la mente del niño se acostumbre a trabajar de una forma determinada a la hora de relacionarse. Se crean representaciones mentales de la forma en que éstos se relacionan afectivamente con el mundo. Es más, en esta temprana edad se determinará el modo social de funcionamiento de la personas en la edad adulta.

Vamos a hablar de los siguientes tipos de apego.

Inicialmente Bolby

diferenció entre dos formas de apego:

Apego seguro, caracterizado por la presencia de una persona cuidadora que expresa cariño y atención incondicional, espontáneamente o incluso para satistafer las peticiones de los niños. Los niños que han desarrollado un apego seguro se caracterizan por la seguridad y confianza tanto en la expectativa de cuidado como a la hora de explorar el entorno.
Apego inseguro, sucede cuando la figura de referencia tiene ciertos déficits en el cuidado del pequeño que hace que el pequeño desarrolle creencias sobre la realidad acordes con esa pequeña interacción generalizándolas al resto de relaciones como una hipótesis de partida. El apego inseguro produce inseguridad y descinfianza.

En un segundo momento Mary Ainsforth,

dependiendo de dónde recaiga la desconfianza y la inseguridad del pequeño (en sus capacidades o en las de la persona cuidadora), describió dos tipos de apego inseguro:
Apego ansioso-ambivalente, en el cual la desconfianza del niño recae sobre sí mismo y su capacidad para obtener lo que necesita aunque confía en que desde el expetior puedan cubrir sus necesidades. La figura de apego cubriría a veces y otras no las necesidades, reforzando intermitentemente al niño y creando la necesidad de buscar la presencia de forma permanente al anticipar su ausencia.
Apego Evitativo, en el cual el foco de desconfianza está en el exterior, por lo que intenta evitar la intimidad y cercanía para no sentirse defraudado pero se mantiene la creencia en que puede confiar en sí mismo y sus aptitudes para cubrir sus necesidades.

Y, finalmente, Main y Solomon

describieron un tercer tipo de apego inseguro, el apego desorganizado, según el cual la desconfianza y el mal concepto recae tanto en él como en quien le rodea. Se produce cuando la figura de apego por un lado satisface sus necesidades, pero por otro también es alguien a quien el niño teme y de quien debe protegerse. Suele tener relación con sucesos traumáticos y determina el apego y su relación con el amor.

Apego Seguro

Estas personas aprendieron a confiar y a tener seguridad en sí mismos en interacción con las personas que les brindaron su atención incondicional. Creen en sí mismas y en sus capacidades porque antes creyeron en ellas sus cuidadores. Son aspectos definitorios de este tipo de apego la mejor gestión emocional, que se manifiesta en un abanico de habilidades sociales más amplio, un mejor afrontamiento de eventos traumáticos y una autoestima más quilibrada. Tienen unas expectativas realistas con respecto a lo que pueden esperar y no sienten miedo a la intimidad y a la apertura emocional. Se muestran disponibles y sienten que la otra persona está disponible sin necesidad de comprobar continuamente si puede contar con ella o no. Para ellas, la relación equilibrada y sana es considerada como normal y deseable. Brindan un clima de independencia que no es vivida como desamor sino como la expresión de la individualidad a la vez que se crea una intimidad en la que se siente a gusto de compartir y expresar sus necesidades. Desarrolla relaciones duraderas y de confianza.

Apego Ansioso-Ambivalente

Estas personas aprendieron a depender emocionalmente de su cuidador, a quien buscan continuamente y de quien se sienten arrancados durante las separaciones. Es el apego más habitual en nuestra sociedad, pero no por eso es el más recomendable. Coincide casi a la perfección con el perfil del amor romántico con la presencia de celos, angustias, dobles juegos, desconfianzas e inseguridades. no suele haber una estabilidad en la expresión emocional a lo largo de las relaciones produciéndose un bombardeo inicial de afectividad que va disminuyendo, a veces de manera dramática y sólo se recupera cuando se siente que la relación está en peligro, vivido como un terror a la separación. Es una repetición de la historia infantil en la que el amor y el cuidado no es incondicional y se usa para la educación bajo la forma de castigos y premios. Este apego preocupado y angustiado por el abandono desarrolla relaciones breves y tormentosas. Son hiperdependientes.

Apego Evitativo

Cuando un niño se acostumbra a que sólo puede contar con él mismo desarrolla las capacidades emocionales y crea una representación mental en la que no puede confiar ni depender de los demás. Esto produce un alejamiento emocional y muchas veces físico de las personas de referencia e, internamente la duda sobre si es o no amado por la persona de referencia, lo que crea una desconfianza en sí mismo. El apego aquí es muy débil, no hay una relación afectiva profunda ya que se evita que surja para evitar el dolor de que no sea efectiva. La falta de interacción emocional hace que no se desarrollen demasiado las habilidades sociales necesarias para detectar y disfrutar de las muestras de afecto de los demás, con lo que es difícil que se pueda profundizar en una relación. Afectivamente son rechazantes, no se sienten cómodos recibiendo ni dando cariño espontáneo, guardan prudenciales distancias. Los problemas de falta de conexión y de comunicación en la pareja son hándicaps con los que, si no se sabe lidiar, se pone en peligro la supervivencia de la pareja. Son hiperindependientes.

Apego Desorganizado

No todas las personas que son cuidadoras principales de un niño están capacitadas para ello. El apego que establecemos de niños determina nuestra forma de amar de adultos. Hay veces en las que la misma persona de la que depende un niño para sentirse seguro y cuidado es la que le produce un intenso malestar o miedo. En este caso de produce este tipo de apego, que crea el esquema mental de que aquella persona a quien amamos en cualquier momento nos puede hacer daño, y así se produce una doble relación simultánea de acercamiento y alejamiento en cuyo caos el sentido de la propia identidad o la imagen de quien es objeto de apego se ve afectada. Este estilo de apego suele acompañar a alguna patología psiquiátrica y resulta muy complicado a la hora de establecer una relación afectiva sana a medio plazo. Es el prototipo de relación tóxica en la que se engancha otra persona con un apego ansioso, puede ser demoledora.

¿Podemos reparar o cambiar el tipo de apego que tengamos?

El ser humano es un ser social, de hecho al nacer no está todavía acabado de crear como la mayoría de los animales. Será en la sociedad, en el útero social, donde terminará de formarse su sistema nervioso y sus conexiones que conformarán su estructura. La crianza en un sistema de apego hará que nuestra base siga infaliblemente esa hipótesis inicial teniendo en cuenta el apego y su relación con el amor. Amaremos como nos apegamos, es decir:
Podemos confiar en los demás porque son buenos y generalmente no quieren dañarme;
Necesitamos de alguien ajeno a nosotros para poder vivir, porque solos no seríamos nunca felices, o bien.
Debemos mantenernos apartados de quienes nos rodean protegiéndonos porque en última instancia estamos solos en el mundo,o, finalmente
Si siento algo especial por alguien es maravilloso pero lo dulce del gozo precederá a la amargura de la hiel.
Estas formas de amar vienen determinadas por el apego. La experiencia podrá hacer que cambie nuestra forma de expresar el apego dentro de un rango de aceptabilidad social, haremos como si… pero dentro de nosotros sigue estando el niño sano o el niño herido, que busca curarse en el medio, cada cual según su experiencia desde el apego y su relación con el amor.

El artículo «¿Están preparados los adolescentes para tener relaciones sexuales?» escrito por Terry Gragera en colaboración con el experto sexólogo Raúl Padilla. Desvelan la importancia de estar preparados para abordar la educación sexual con los adolescentes. Se menciona que la edad promedio en la que los jóvenes comienzan a tener relaciones sexuales completas se está adelantando, con un inicio alrededor de los 14 años. Sin embargo, aunque el cuerpo físico puede estar preparado para ello, la madurez emocional y afectiva puede no estarlo. Raúl Padilla, psicólogo y sexólogo, destaca que es fundamental tener en cuenta que la sexualidad no solo es física, sino también relacional y afectiva.

El acceso fácil a la pornografía en línea ha llevado a que los adolescentes sean expuestos a una visión sesgada de la sexualidad. La pornografía perpetúa estereotipos de género y comportamientos poco saludables, lo que puede influir negativamente en las percepciones y experiencias sexuales de los jóvenes.

Se destaca que la educación sexual continúa siendo insuficiente tanto en el ámbito familiar como en las escuelas. Aunque la casa debería ser la primera fuente de educación sexual, muchos adolescentes no sienten confianza para hablar de sexo con sus familiares. Además, en las escuelas, la sexualidad se aborda principalmente desde un enfoque biológico, sin abordar aspectos más amplios y afectivos.

En cuanto a la anticoncepción en la adolescencia, se menciona que la mayoría de los jóvenes tienen información sobre los métodos anticonceptivos disponibles. Pero aún se observa un uso preocupante de la píldora del día después como método anticonceptivo habitual.

En resumen, el artículo destaca la importancia de estar preparados para abordar la educación sexual con los adolescentes. Se enfatiza la necesidad de considerar no solo la preparación física, sino también la madurez emocional y afectiva. Se resalta la influencia de la pornografía en línea y la falta de una educación sexual adecuada tanto en el ámbito familiar como en las escuelas. Se hace hincapié en la importancia de hablar abierta y honestamente con los adolescentes. Se debe aclarar sus dudas y proporcionarles una educación sexual completa y basada en valores adecuados a su edad.

Raúl Padilla, sexólogo y experto en terapia sexual individual y de pareja, y Terry Gragera, abordan la importancia de estar preparados para abordar la educación sexual con los adolescentes.

Enlace del artículo: ¿Están preparados los adolescentes para tener relaciones sexuales?

Autor: Terry Gragera

 

El artículo «Claves para ser respetuoso y acompañar a los adolescentes en sus primeras relaciones sexuales». Escrito por Cristina Bisbal Delgado en colaboración con el experto psicólogo Raúl Padilla, y la sexóloga Rosa Navarro desvelan las claves en este interesante artículo.

El artículo aborda la importancia de ser respetuoso y acompañar a los adolescentes en sus primeras relaciones sexuales. Se menciona que en la sociedad actual, la edad promedio para el inicio de las relaciones sexuales con penetración en las chicas se sitúa alrededor de los 16.7 años. Esto indica que los adolescentes están experimentando una actividad sexual más temprana en comparación con generaciones anteriores. Aunque abordar este tema puede resultar incómodo tanto para los padres como para los jóvenes, es esencial establecer un diálogo abierto y de confianza desde la infancia.

La sexóloga Rosa Navarro destaca la importancia de haber creado un terreno previo de comunicación y confianza con los hijos antes de abordar la sexualidad. Sugiere que, en lugar de brindar una «clase magistral» sobre sexualidad, los padres deben convertirse en modelos y referentes para sus hijos. Deben demostrar habilidades sociales como la empatía y la comunicación asertiva. Además de proporcionar información clara y precisa, es fundamental transmitir valores como el respeto, el consentimiento y la importancia del bienestar emocional en las relaciones sexuales.

Por su parte, el sexólogo Raúl Padilla resalta la importancia de enfocarse en el placer y el juego al abordar la sexualidad con los adolescentes. Sugiere que se hable sobre el deseo y la importancia de sentirse cómodo en todo momento. Además, destaca la necesidad de enseñar a los jóvenes a respetar sus propios límites.  También a marcar los de los demás al tener la capacidad de decir «no» o «todavía no» de manera amorosa hacia la otra persona.

El artículo también destaca la importancia de educar a los adolescentes sobre la contracepción y el uso adecuado del preservativo. A pesar de que muchos jóvenes creen saberlo todo acerca de la contracepción, existen deficiencias en su conocimiento y práctica. Es fundamental brindarles información precisa y desmitificar ideas erróneas sobre la contracepción, especialmente en lo que respecta al uso correcto del preservativo.

Además de la contracepción, se menciona la importancia de abordar otros aspectos de la sexualidad. Estoa aspectos serían la orientación sexual, las fantasías sexuales, la vinculación afectiva o el consentimiento. Se destaca que los adolescentes pueden enfrentar presiones sociales y la necesidad de pertenecer a un grupo. Esta presió puede llevarlos a tomar decisiones que no desean por temor a la exclusión. Por lo tanto, es crucial brindarles apoyo y no juzgarlos en su posible actividad sexual, asegurándoles que siempre pueden acudir a sus padres en busca de orientación y apoyo.

En resumen, el artículo resalta la importancia de establecer una comunicación abierta y de confianza con los adolescentes en relación a su sexualidad. Se destaca la necesidad de proporcionar información precisa. También de transmitir valores como el respeto y el consentimiento, educar sobre la contracepción y abordar la sexualidad desde una perspectiva lúdica y placentera. Asimismo, se enfatiza la importancia de brindar apoyo a los adolescentes en sus decisiones y asegurarles que siempre pueden contar con sus padres para obtener orientación y apoyo.

Raúl Padilla, sexólogo y experto en terapia sexual individual y de pareja, y Cristina Bisbal Delgado, nos ilustran de este tema puede resultar incómodo tanto para los padres como para los jóvenes, y que es esencial establecer un diálogo abierto y de confianza desde la infancia.

Enlace del artículo: Claves para ser respetuoso y acompañar a los adolescentes en sus primeras relaciones sexuales

Autor: Cristina Bisbal Delgado

 

El artículo «El miedo más ‘macho’: no tener una erección» escrito por Ismael Marinero en colaboración con el sexólogo Raúl Padilla. Se aborda los problemas de erección en los hombres y cómo esto puede afectar su autoestima y rendimiento sexual.

El artículo aborda un tema sensible y relevante para muchos hombres: los problemas de erección y cómo esto puede afectar su bienestar emocional y su vida sexual. Cuando un hombre experimenta dificultades para tener una erección, es común que se sienta frustrado y preocupado por no cumplir con las expectativas en la cama. Esta preocupación puede socavar su autoestima y generar ansiedad en futuras relaciones sexuales.

El autor destaca que la erección no es algo que se controle de manera voluntaria, como mover un músculo, sino que es una respuesta fisiológica compleja que puede ser facilitada o inhibida. Sin embargo, existen estrategias y ejercicios que pueden ayudar a mejorar la probabilidad y la duración de una erección. Uno de estos ejercicios recomendados es el entrenamiento del músculo pubococcígeo a través de los ejercicios de Kegel. Estos ejercicios fortalecen los músculos del suelo pélvico, lo cual puede tener un impacto positivo en la respuesta sexual.

Otro aspecto mencionado en el artículo son las llamadas «manipulaciones relacionadas con la masturbación terapéutica».

El artículo también hace hincapié en que la erección es independiente de la voluntad. Es un reflejo que puede estar influenciado por factores emocionales y psicológicos, como la ansiedad y el miedo al fracaso. El autor menciona que es común que hombres de todas las edades busquen ayuda profesional para abordar estos problemas. A veces, una mala experiencia previa relacionada con la erección puede generar un estado de alerta y ansiedad. Esto a su vez dificulta mantener una erección en futuras ocasiones. Sin embargo, el artículo destaca que este problema suele remitir cuando se establece una relación de intimidad con una pareja de confianza.

El estrés también se señala como uno de los enemigos de una vida sexual plena. El exceso de estrés puede afectar la aparición de una erección, incluso cuando se utiliza medicación específica. El autor advierte que el deseo sexual, la atracción, el morbo y la conexión emocional son elementos fundamentales en la conducta sexual. Por lo tanto, simplemente tomar una pastilla no aborda todos los aspectos necesarios para una vida sexual satisfactoria.

En resumen, el artículo destaca la importancia de abordar los problemas de erección desde una perspectiva integral. Esta perspectiva debe considerar tanto los aspectos físicos como los emocionales. Se sugieren ejercicios específicos, la comunicación abierta con la pareja y la búsqueda de ayuda profesional como posibles estrategias para superar estos desafíos y mejorar la calidad de vida sexual.

Raúl Padilla, sexólogo y experto en terapia sexual individual y de pareja, e Ismael Marinero abordan el tema de la disfunción eréctil tan sensible y relevante para muchos hombres.

Enlace del artículo: El miedo más ‘macho’: no tener una erección 

Autor: Ismael Marinero

 

El artículo habla sobre los «amores de verano» y si tienen futuro o están condenados a terminar cuando terminan las vacaciones. Los psicólogos Ismael Cerón y Raúl Padilla explican por qué estas relaciones son especiales y cómo afrontar la separación después de un amor de verano.

Según los psicólogos, los amores de verano son especiales porque las vacaciones permiten escapar de la rutina y vivir de manera diferente. Esto facilita que las emociones sean más intensas. Además, la falta de una rutina permite que la persona amada ocupe un lugar central en nuestros pensamientos. Sin embargo, cuando termina el período vacacional, la relación puede perder su sentido y convertirse en un recuerdo.

Cuando el verano termina

Para afrontar la separación después de un amor de verano, es importante reconocer que la relación tenía una fecha de caducidad y que la despedida puede ser difícil. Es normal experimentar nostalgia y tristeza al regresar a la rutina habitual. Una sugerencia es identificar qué aspectos de la experiencia veraniega se pueden llevar a la vida cotidiana para aumentar la satisfacción durante el resto del año.

En cuanto a las relaciones a distancia, los psicólogos señalan que no son fáciles. Se pueden trabajar en áreas como la comunicación, la planificación de encuentros presenciales y la creación de proyectos conjuntos a corto o medio plazo. Es importante confiar en las reglas establecidas y estar consciente del costo emocional que puede tener para la persona que se muda al lugar de residencia del otro.

En resumen, los amores de verano son especiales debido a las circunstancias únicas de las vacaciones. Pero es importante reconocer que pueden tener una fecha de caducidad. Si la relación continúa a distancia, se pueden tomar medidas para mantenerla, pero requiere esfuerzo y compromiso.

Raúl Padilla, experto en sexología y terapia sexual individual y de pareja, Ismael Cerón y Alicia Cruz Acal  explican por qué estas relaciones son especiales y cómo afrontar la separación después de un amor de verano.

Enlace del artículo: Amores de verano: ¿adiós o relación a distancia?

Autor: Alicia Cruz Acal