De repente un día dejan de funcionar las reglas que nos servían, nos sentimos divididos y extraños de nosotros mismos, frágiles y perdidos.
Tenemos, por un lado, la inercia vital que nos ha llevado a donde nos encontramos y nuestra vida tiene sentido porque la vivimos intensamente. Somos jóvenes rondando la cuarentena, tenemos éxito y llevamos la vida que ya elegimos en su momento… pero, por otro lado, hoy nos plantamos delante de dudas que no nos habíamos planteado hasta ahora.