El Deseo sexual, no es igual todos los días
El deseo sexual es algo dinámico. A diferencia de lo que muchas personas creen, la libido no es un interruptor que siempre funciona al mismo nivel. Hay días en los que sentimos una motivación intensa hacia el sexo, otros en los que parece que el deseo se enfría, y días intermedios en los que todo fluctúa. Estas variaciones son normales, y entender por qué ocurren puede ayudar a reducir la culpa, la ansiedad y los malentendidos en la pareja.
En este artículo, exploraremos las razones psicológicas, emocionales y relacionales que explican por qué el deseo sexual puede cambiar de un día a otro. Además, ofreceré herramientas prácticas desde la sexología clínica para comprender y gestionar estas fluctuaciones de forma saludable.
¿Qué es exactamente el deseo sexual?
El deseo sexual (o libido) es el interés o la inclinación a participar en actividad sexual. Incluye fantasías, atracción, pensamientos, motivaciones internas que pueden activarse ante estímulos sensoriales, emocionales o físicos.
Factores psicológicos y emocionales
Estrés y ansiedad: Situaciones de sobrecarga mental, preocupaciones constantes o ansiedad pueden consumir recursos psicológicos que se traducen en menor deseo
Depresión: En estados depresivos, la reducción del deseo sexual es habitual.
Experiencias negativas previas: Fracasos sexuales, traumas, relaciones pasadas dolorosas, experiencias de rechazo, pueden condicionar la aparición del deseo sexual más adelante.
Autoimagen corporal y autoestima: Si alguien se siente incómodo con su cuerpo, tiene baja autoestima o vergüenza corporal, el deseo puede disminuir significativamente.
Factores relacionales y de pareja
Habituación sexual: En relaciones a largo plazo, la rutina puede hacer que el deseo espontáneo disminuya. Esto no significa que el deseo no exista, sino que puede necesitar estímulos nuevos o diferentes.
Comunicación: Falta de comunicación sobre preferencias, deseos o frustraciones puede generar malentendidos que afectan la intimidad.
Conexión emocional: Problemas emocionales no resueltos con la pareja pueden replegar el deseo.
¿Qué puede hacer Raúl Padilla para ayudar?
Evaluación personalizada para determinar si las causas son físicas, hormonales, psicológicas o relacionales.
Terapia sexual individual para trabajar creencias limitantes, traumas o dificultades que inhiben el deseo.
Terapia de pareja para mejorar la comunicación, renegociar la sexualidad y reactivar el deseo mutuo.
Técnicas cognitivo-conductuales para gestionar estrés, ansiedad y pensamientos negativos relacionados con la sexualidad.
Educación sexual para entender mejor el funcionamiento del propio cuerpo y del deseo.
El deseo sexual no es lineal, y entender sus variaciones ayuda a normalizar lo que muchas personas viven en silencio. Adoptar una mirada compasiva hacia nosotros mismos, reconocer las múltiples causas que influyen y trabajar estratégicamente con apoyo profesional puede transformar la experiencia íntima y restaurar el placer en la vida sexual. Un acompañamiento experto para recorrer ese camino hacia una sexualidad más consciente, plena y satisfactoria.
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