La eyaculación precoz es un problema sexual muy común en varones, y está relacionada con la expectativa de rendimiento durante el coito, la baja autoestima, la angustia o el nerviosismo ante el acto sexual. Realmente se podría hablar de problema cuando la eyaculación se produce antes de la penetración, el resto es cuestión de preferencia a la hora de durar más o menos y no tanto de patología.

Si lo pensamos, que una mujer tenga una respuesta orgásmica rápida durante el coito no es vivido como un problema tanto como cuando es el varón quien la tiene, es más, suele ser la antesala de la posibilidad de tener más orgasmos durante la misma sesión amatoria y se siente satisfecha de su facilidad… pero hablamos de orgasmo, no de eyaculación: el orgasmo carga de energía, la eyaculación la descarga.

La eyaculación suele producirse en durante el orgasmo, pero también puede producirse sin él, y eso es lo que suele pasar en la eyaculación precoz. Es una descarga por acumulación de tensión y, de hecho, no suele vivirse placenteramente. Se le etiqueta de patológico y malo, por lo que hay que solucionar el problema, lo que hace que suba la tensión y la vigilancia, lo que hace que aumente la sensibilidad, lo que hace que el problema se perpetúe.

«Cuando sé que hay posibilidades de llevarme a una chica a casa empiezo a anticipar que tengo que quedar bien y durar, que no me puede volver a pasar dejarla a medias o tener que acabarla con la mano o con la boca. Pensará que soy poco hombre y que no la hago disfrutar.»